El Gourmet Urbano: Ana Gutiérrez (@medianagg): El limoncello: Dulce síntesis de tradiciones centenarias.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ana Gutiérrez (@medianagg): El limoncello: Dulce síntesis de tradiciones centenarias.

El limoncello es un licor de un maravilloso sabor que recuerda los perfumes y aromas de las tierras que lo vieron nacer, y al beberlo nos transportamos hacia ellas. Se puede degustar en cualquier momento del día, pero quizás es después de comer el momento en el que mejor se aprecia, ya que es un excelente digestivo natural que se sirve a temperatura ambiente o muy frío en un vaso helado. Debe conservarse siempre en la nevera, ya que debido al alcohol que posee (su gradación alcohólica no debe superar los 36°) no hay peligro que se congele.

 

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Pensar que existe una receta única para elaborar el Limoncello es pecar de simplista. Nació junto con otros licores tradicionales de la parte más soleada de la península itálica, donde los cítricos provenientes de la India encontraron el clima ideal de perenne primavera y las tierras más fértiles que descienden desde las colinas hasta el mar. Los pobladores de la zona aplicaron una síntesis de tradiciones centenarias para crear esta bebida. La costa amalfitana es un auténtico pedacito del paraíso en la tierra, allí se entremezclan leyenda e historia. Según la tradición, Hércules, dios pagano de la fuerza, amaba a una ninfa, cuyo nombre era Amalfi, pero fue un amor efímero. Ella murió y Hércules le quiso dar sepultura en el lugar más bello del mundo. Para inmortalizarla, puso su nombre a la ciudad que él mismo construyó.

El lugar de origen más aceptado es la provincia de Nápoles, la Campania, y toma un particular renombre en la Isla de Ischia y en Sorrento donde es tradición hacer todo en casa. De hecho, en la zona de Sorrento es costumbre transmitir, de madres a hijas, antiguas y polvorientas libretas escritas a mano, donde se anotan, con todo lujo de detalles, viejas recetas, fruto de la experiencia de generaciones pasadas... Son verdaderas reliquias que, con frecuencia, contienen secretos de familia para la realización de platos y bebidas.

 

Las ciudades de la costa Amalfitana tienen negocios dedicados íntegramente a la comercialización del Limoncello. Existen muchas variedades dependiendo del tipo de alcohol usado y del tiempo de maceración. Incluso tienen versiones de mandarina, llamado Mandarinetto.

 

Podemos, aquí en Venezuela, aprovechar la facilidad que tenemos de disponer de limones en el patio de la casa (nuestra o de algún familiar o amigo) para hacer nuestro propio Limoncello. Esta posibilidad que nos da este especial licor, se debe principalmente a su naturalidad, a su gusto indiscutido de algo real, la cáscara de limón, a la ausencia de colorantes, aditivos y conservantes.

 

No compren los limones en el supermercado o la frutería, especialmente si están envasados en coloridas redes: están bañados con cera, lustrados y tratados con sustancias químicas.

 

El punto de maduración de los limones es también de mucha importancia para extraer de ellos toda la fragancia y el gusto. Deben tener todavía algo de verde y casi amarillos. Descartar los que se pasan de maduros, o los que están muy verdes.

 

El segundo elemento, el alcohol, que puede comprar en la farmacia, debe ser de buena calidad.

 

En cuanto al agua, algunas recetas hablan de que lo mejor es utilizar agua mineral sin gas.

 

Ya sabemos que el Limoncello es una receta tradicional y que cada familia de la costa Amalfitana debe tener su receta propia, su truco; sin embargo, aquí les traigo una receta para que comiencen a experimentar en su casa. Rinde 2 lts. Aproximadamente.

 

Primera parte: Laven los limones, con cepillo y bajo la llave, quiten el pecíolo y las hojas. Comienza la operación más delicada: pelarlos. Con un pela papa o cuchillo chico bien filoso, saquen la cáscara amarilla-verde sin partes blancas.

 

Pongan el alcohol en una botella grande con cuello ancho o una jarra grande y sumerjan todas la cáscaras.

 

Cierren muy bien con tapón o película plástica en el caso de la jarra o recipiente de boca muy ancha. Guárdenlo en un lugar fresco y oscuro durante una semana.

 

Segunda parte: Transcurrido este tiempo, preparen un almíbar, poniendo en una olla de acero, el litro y medio de agua (mineral) con el azúcar y lleven a ebullición lenta por algunos minutos.

 

Dejen enfriar, y luego mezclen con el alcohol colando las cáscaras con un filtro de gasa o de algodón para café. Mezclen bien algunos segundos y envásenlo en lindas y finas botellas de cuello largo. Guárdenlo por 15 días más.

 

Es un licor muy versátil, con él podemos hacer cocteles y tragos, postres, cremas… ¡Tiene tantas posibilidades como imaginación tengamos!

 

Los invito entonces a disfrutar y a redescubrir una bebida que algunas veces pasa desapercibida y olvidamos, al terminar de comer en algún restaurant italiano, guardada en el bar de la casa de nuestros padres o de algún amigo.

 

¡Hasta una próxima oportunidad!

 

Ana Gutiérrez

Médico-Sommelier

 

Imagen: Wikipedia

 

 

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