Descorchando una historia.
Como muchos de ustedes saben, era mi responsabilidad ser la encargada de la promoción y actividades del vino chileno y, esporádicamente, me vinculaba también con otras bebidas como el Pisco, la cerveza y las aguas minerales.
Cierta vez en que volaba desde Santiago a La Serena para participar en la ceremonia de lanzamiento del libro “Bottled Sun Light – The Book of Chilean Pisco”, venía trabajando en los insumos para las palabras protocolares de las autoridades que hablarían en esta actividad, sin percatarme que el señor que venía a mi lado estaba muy pendiente de mi trabajo. Luego de un rato, afortunadamente me interrumpió para preguntarme por qué estaba escribiendo sobre pisco y tras indicarle mi cargo me dijo que hace tiempo que quería contactarme, que había escuchado que estaba a cargo del sector pisquero y que tenía mucha información que compartir conmigo. Mucho de lo que me contó sirvió para los discursos que ese día se dieron y parte de esa información es la que hoy quiero compartir con ustedes
Sirvámonos una copa.
Quien haya escuchado hablar del pisco lo más probable es que tenga en su disco duro la histórica diferencia que se ha generado entre Chile y Perú para adjudicarse sus derechos de denominación de origen. Sin embargo, quienes tengan mínimos recuerdos de sus clases escolares de historia y geografía, podrán también tener antecedentes de que en tiempos de la colonia ambas naciones éramos parte de un mismo Reino que debía su existencia a la Corona Española, el “Virreinato del Perú”. Por una realidad evidente, muchas mercaderías eran comercializadas entre ambos países y otras tantas despachadas hasta España, entre ellas nuestra disputada “aguardiente”, centralizadas en el Puerto de Pisco. De ahí que algunos historiadores hablan de la comercialización de “Aguardiente para Pisco”, que da el nombre a este licor. Lo que quiero decir con esta explicación es que el país de origen no debería ser un problema, al contrario, es un producto orgullosamente latinoamericano, elaborado para que todos lo disfrutemos.Pero vamos al producto: Este pariente directo del vino, el Pisco, se elabora justamente a partir de vino hecho principalmente con las variedades Moscatel de Alejandría, Moscatel Rosada, Pedro Jiménez, entre otras uvas de gran dulzura y aroma.
En Chile, y dado nuestro amplio desarrollo de regiones vitivinícolas, hay varios valles que elaboran aguardiente –por ejemplo, famoso a nivel nacional es el Aguardiente de Chillán-, pero para poder tener el nombre de pisco en su etiqueta, este producto debe ser completamente elaborado y embotellado solamente en dos regiones del norte de nuestro país; Atacama y Coquimbo, siendo esta última la que concentra mayor cantidad de empresas productoras.
El proceso inicial para hacer el pisco parte desde el crecimiento de las vides, pasando por la cosecha y elaboración de mostos, hasta contar con el vino que luego será destilado para poder transformarlo en alcohol. Para lo anterior, el vino elaborado a partir de las variedades antes señaladas es depositado en alambiques de cobre y es llevado a altísimas temperaturas para obtener vapor de alcohol, el mismo que posteriormente se condensa para obtener, gota a gota, un alcohol de altísima graduación y sin ningún tipo de impurezas.
Terminado el proceso antes descrito, el pisco puede tomar diversos caminos, como otro proceso de destilación, un tiempo de reposo en barricas, la preparación de diversos cocteles listos para el consumo; en fin, una gama de opciones que ofrecen en la góndola piscos totalmente transparentes, otros con tonalidades amarillentas o bien un color acaramelado, distintas graduaciones alcohólicas y presentaciones que se tornan cada vez más atractivas.
La gracia del pisco es que es un alcohol noble, elaborado a partir de uvas que permite degustarlo solo o mezclado con jugos de frutas, bebidas u otros licores con los que ofrece siempre un buen mix. El desarrollo innovador de la coctelería a nivel mundial permite que hoy, en Chile, ya no sólo degustemos nuestras tradicionales “Piscolas”, mezcla de pisco y alguna bebida Cola muy fría, o el pisco sour, un aperitivo en mezcla con jugo de limón y azúcar más algún otro ingrediente como goma o clara de huevo, según sea el barman a cargo. Este desarrollo ha permitido la preparación de sabrosos y atractivos tragos con manzana, jengibre, arándanos, té, piña, merkén, albahaca, cognac y una serie de otras mezclas que le permiten adaptarse a cada paladar. Su incursión en la gastronomía también es una realidad, pudiendo encontrarse como parte de los ingredientes o en salsas de platos dulces o salados, en tortas, postres, helados, y así podría seguir enumerando las múltiples opciones que ofrece este producto.
Tomando como referencia la información contenida en el libro “40 grados – La Primera Guía del Pisco Chileno”, les puedo enumerar las principales empresas y marcas de pisco elaboradas en nuestro país:
ABA Drinks Spirit: ABA, Fuegos - Alto del Carmen - Artesanos de Cochiguaz – Bauzá - Bou Barroeta: Cofradía, Montura – Campanario - Capel: Moai, Bicentenario - Chañaral de Carén - Control C - Fundo Los Nichos: Espíritu de Elqui - Horcón Quemado – Kappa - Mal Paso – Mistral – Tamaya - Tres Erres - Tulahuén: Waqar
Si alguna botella de estos piscos llega a sus manos ya saben de dónde viene. Ahora lo que tienen que hacer es abrirla, oler su contenido y disfrutar de su sabor de la forma que más les guste.
¡Salud! Hasta la próxima.
Paola Vásquez
Directora
ProChile Coquimbo – La Serena
@paolavasqueziv - @paola_wine
No hay comentarios. :
Publicar un comentario