El Gourmet Urbano: Sin temor, dile sí al vino rosado

jueves, 24 de noviembre de 2016

Sin temor, dile sí al vino rosado

Hola amigos del vino. Feliz de poder estar nuevamente con ustedes en este espacio en el que quiero aprovechar esta columna para comentar un tema que me piden a menudo. Así que aprovecho el correo que me envía la señora Lucia Monforte, preguntando acerca del maridaje de algunos platillos con vino rosado.

Muchas veces, las personas por desconocimiento le temen al vino rosado. Es más, algunos me han confesado seriamente que creían que este tipo de vino se hace con las uvas globo rosadas del súper. Por supuesto que eso no es cierto y vamos a desmitificar estas falsas creencias con respecto al tema.

Fuente: elfinanciero.com.mx

Según los que conocemos algo del tema aseguramos que el vino rosado es un vino tinto con menos exposición del mosto o el hollejo.

La semana pasada hablaba sobre el método que se utiliza para preparar el vino, que comienza moliendo la uva con jugo, hollejo y granos que va todo junto para su fermentación.

En el caso del vino rosado, el tiempo de contacto del mosto ( que es el bagazo resultante de la molienda de la uva) es de uno a dos días, dependiendo de qué tan claro o qué tan marcado prefiera el vino rosa el enólogo.

Los hollejos o la cáscara de la uva tienen toda la concentración del color, los taninos y otros compuestos de fuerte sabor, que al retirarlos sabe más a un vino blanco que a uno tinto.

Cuanto más tiempo se dejen los hollejos más color tendrá el líquido (aún no le podemos llamar vino).

También puede obtenerse de una técnica llamada sangrado, que es cuando el productor puede retirar parte del jugo obtenido en una etapa temprana de la fermentación. Sólo en la región de Champagne en Francia se permite hacer mezclas reales de vinos blancos y tintos, pues el clarete es originario del Valle de Loira.

En la actualidad se puede hacer vino rosado de cualquier uva tinta que exista para vinificar; las más populares son las variedades de syrah, grenache y cariñena, en las regiones cálidas de Languedoc y además en Australia; aquí en México hay variedades de vinos rosados muy interesantes que se pueden acompañar muy bien con muchos platillos típicos: hay un vino interesante llamado Uriel, es de Adobe Guadalupe, hecho de uvas como cinsault, tempranillo y syrah, súper fresco y es ideal para pescados ligeros o ensaladas condimentadas.

Otro muy bueno es Norte 32, elaborado con syrah, marsane y chardonnay, mucha fragancia y un exacto punto de acidez. Si les gusta el sushi le va perfectamente.

El ST de Santo Tomas es un vino sin complicaciones, la variedad de uva es grenache y da unos sabores en boca excelentes, y Coco Rosé, del Valle de Guadalupe, con variedades grenache y moscato di caneli, es un vino con tres meses de barrica con aromas a cerezas fresas y arándanos para acompañar con platillos a base de mariscos.

El rosado de Casa Madero es un vino hecho con cien por ciento Cabernet Sauvignon, con colores durazno y destellos rosas.

En nariz hay papaya con miel, guayaba, rosa, nectarina y toronja rosa, y en boca es extremadamente frutal, para acompañar con calamares, cochinita pibil o fresas con crema.

Es un vino versátil y no le dejará mal en la próxima reunión. Así que, la próxima vez que salga a cenar y alguien lleva vino rosado a la reunión no lo dude, su velada será fantástica y la disfrutará, como lo estoy haciendo en este momento que acabo de destapar un buen vino rosado mientras escribo en mi computadora.


José Carlos Palacios Somelier

Fuente: yucatan.com.mx

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