El Gourmet Urbano: #VINOS Corcho o tapón de rosca; blasfemia o adaptación...

miércoles, 16 de agosto de 2017

#VINOS Corcho o tapón de rosca; blasfemia o adaptación...

"¿Regalarían a un amigo una botella de vino con tapón de rosca? ¿Servirían en su casa un vino con tapón de rosca a un invitado importante?"

Para responder a esta polémica, en primer lugar voy a pedirle a nuestros lectores que se hagan las siguientes reflexiones ¿regalarían a un amigo una botella de vino con tapón de rosca? ¿Servirían en su casa un vino con tapón de rosca a un invitado importante? Una vez contestadas ambas preguntas, nos damos cuenta inmediatamente de que, en lo que respecta al consumidor, ésta es más una cuestión sociocultural que técnica o de producción, y que el vino es un producto íntimamente ligado a las relaciones y eventos sociales, donde la imagen resulta fundamental, y es ahí donde el tapón de rosca resulta el gran perdedor al asociarlo erróneamente con vinos de baja calidad. 



Si a lo anterior añadimos que España es el segundo mayor productor de corcho del mundo (23% del total), después de nuestro vecino Portugal (50% del total) y que el corcho se viene utilizando para conservar el vino desde hace casi 4 siglos, cuando empezó a sustituir los tacos de madera envueltos en una tela con aceite, resulta evidente que el tapón de rosca tiene en España la batalla perdida.

No obstante, si dejamos de lado los países de más arraigada tradición vitivinícola (España, Italia, Francia y Portugal), la producción con tapón de rosca es mayoritaria en países como Nueva Zelanda (95%), Australia (80%), Sudáfrica (65%) o Chile (63%), ocupando también el corcho sintético una importante cuota de la producción total. 

Si analizamos la producción nacional, hoy día gran parte de las grandes bodegas del país ya embotellan sus vinos con corcho para el mercado nacional y con tapón de rosca para sus vinos de exportación, pero aun así el tapón de rosca tan solo alcanza entre un 3% y un 5%, y de ese pequeño porcentaje aproximadamente el 95% del total se destina a la exportación.

En Galicia encontramos bodegas como Pazo de Barrantes, de la riojana Marqués de Murrieta, que embotella una pequeña parte de su producción de albariño joven con tapón de rosca. También el grupo bodeguero HGA, productor del conocido blanco del rosal Altos de Torona, produce el 2% de su producción con tapón de rosca, destinándolo íntegramente a la exportación. La denominación de origen Rías Baixas exportó en 2016 un 32% de la producción, lo cual contrasta con la escasa utilización del tapón de rosca en Galicia.

Si pasamos a un plano más técnico el tapón de rosca presenta las siguientes ventajas e inconvenientes:

Ventajas: del tapón de rosca nunca deja sabor a corcho (bacteria TCA), su apertura y cierre resulta mucho más cómoda y versátil para cualquier ocasión, presenta mayor fiabilidad y menos probabilidad de que el vino se estropeé, reducción de costes, mayor conservación de las propiedades organolépticas del vino.

Inconvenientes: Puede producir sabores a óxido o a plástico, más contaminante y menos ecológico que el corcho, emisiones de CO2 en su producción frente a los valores negativos del corcho, también puede presentar problemas de estanqueidad si no se utiliza una buena máquina y tapones de calidad, no se recomienda en vinos de guarda o en aquellos cuyo consumo se estime más allá de 3 o 4 años dado que no permite la evolución del vino en botella.

En definitiva, dejando de lado las preferencias del consumidor, la elección entre un sistema de envasado u otro va a depender del tipo de vino que se va a embotellar, del tipo de vino que se quiere conseguir y de si el enólogo quiere que evolucione en botella o no, algo que el corcho si permite con facilidad al tratarse de un material poroso.

Por tanto, es seguro que el tapón de rosca irá poco a poco a más en nuestro mercado nacional, sobre todo en vinos blancos y rosados de gama media/baja, dejando con el tiempo de ser un indicativo de la calidad del vino que guarde.

Fuente: Faro de Vigo

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